miércoles, 22 de junio de 2011

¿Apostando por la cantera?


Desde que llegó Pep Guardiola al banquillo del FC Barcelona, e incluso desde antes, el Barça ha tenido la cantera como su sello de identidad, teniendo sobre el campo a hombres como Valdés, Puyol, un repescado Piqué, Xavi, Iniesta, Pedro, Messi, etc... pero acabada la temporada 2010/2011, parece que cambiarán de rumbo.

Si hasta ahora se apostaba por la cantera antes que por foráneos, con la llegada de la temporada 2011/2012 todo parece que dará un giro, donde los mayores damnificados serán los chavales de la cantera.

Si hace dos temporadas Bojan Krkic llevaba el 11 en la espalda, tras la salida de Ibrahimovic, al joven de Linyola se le cedió el '9' de delantero centro. Esa camiseta podía hacer pensar que la temporada para el nuevo '9' prometía mucho, pero no era algo que dependería de él, Guardiola le relegó primero al banquillo para luego verle incluso sentado en la grada en más de una ocasión, convirtiéndose en una de las temporadas más duras para Bojan que, soñando con triunfar en el Barça, ve como se le cierran las puertas una detrás de otra. Luis Enrique, entrenador de la Roma, y hasta hace escasas semanas del filial barcelonista, es conocedor de las muchas habilidades del delantero de Linyola, y ha apostado por él pidiendo su fichaje en su nueva etapa italiana.

Pero el caso de Bojan parece que no será el único en el mercado de fichajes del club catalán, ya que nombres como los de Thiago, otra perla de la cantera, Jonathan Soriano y Jeffren, podrían también salir del club. Thiago y Jonathan han sido vitales para la gran campaña realizada por el Barça B, mientras que Jeffren no ha tenido protagonismo en el primer equipo, del que recibió el dorsal '11' en esta campaña, que también se prometía alegre para el canario, pero ha sido dura y dolorosa, y no solo por las lesiones, sino porque su situación ha sido similar a la de Bojan, y a día de hoy, igual que Thiago y Jonathan, el polivalente jugador, está más fuera que dentro del conjunto dirigido por un Guardiola que parece haber olvidado la seña de identidad de la que tanto han presumido en las tres temporadas que lleva en el club.

Lo más llamativo es que Bojan, de tan solo 20 años, se marchará a la Roma y por él llegará probablemente Alexis Sánchez que, no solo no es de la cantera, sino que además viene respeldado simplemente por una única, aunque estupenda, campaña en el Udinese.

No deja tampoco de ser chocante que la más que probable salida del joven Thiago Alcántara sea para poder costear el fichaje de Cesc Fàbregas, un jugador de gran talento, pero que si hace pocos años se marchó al Arsenal, a día de hoy, le costará muy caro a las arcas del Barça, tal y como sucedió con Gerard Piqué, repescar a un jugador que no debería haber dejado marchar.

Puede que con éstas perlas (Bojan, Jonathan, Jeffren, Thiago, etc) suceda lo mismo, ya que el Barcelona parece no cansarse de tropezar con la misma piedra en lugar de apostar a tiempo por jugadores de una gran calidad.

jueves, 27 de enero de 2011

¿Gol fantasma... o no tanto?

No voy a hablar de que la tecnología debería entrar en el fútbol, ya no solo para casos como el del 'gol fantasma' del Sevilla ante el Real Madrid en la Copa del Rey, sino para otros muchos casos, no solo el 'balón inteligente', sino las pantallas, que se usan en otros deportes, pero que en el fútbol, por algún extraño motivo, no se les da entrada... no fiamos de los árbitros, perdón, ¿nos fiamos de los árbitros?

A muchos parece convenir que la final de la Copa del Rey se la jueguen el Real Madrid y el FC Barcelona, uno más para Europa de los equipos de la Liga española, y lo más importante... ¿qué vende más, un Madrid-Almería, un Almería-Sevilla, un Sevilla-Barça? ¿o realmente ignoramos que VENDE mucho más un Barça-Madrid? Más camisetas, más entradas, más televisiones, más merchandising...
El balón debe entrar en su totalidad en la portería, y sí, lo hizo, entró, pero no interesa un Sevilla-Barça en la final, aunque sea la segunda 'mejor opción', no vende tanto como el 'eterno clásico', un partido lleno de morbo, como lo es cada vez que se enfrentan merengues y culés.